sábado, mayo 17, 2008

FRASES HECHAS

Hay frases, quiero imaginarme que muy bien estudiadas, dirigidas a la ingente cantidad de espectadores medio dormidos, las cuales son tan constantes que siempre aparecen, debe de ser casualidad, cada vez que intento conectarme a la pantalla, pues es tan raro que consiga entrar directamente a un programa que, indefectiblemente todas las cadenas emiten publicidad en el mismo espacio de tiempo.
Es cierto que, afortunadamente aunque también escasamente, existen sin ninguna duda, unos anuncios de verdaderos profesionales de la publicidad. Y por este motivo deseo felicitar a esos pocos bienaventurados capaces de pensar en la capacidad de discernimiento que tenemos, aunque no lo parezca, la inmensa mayoría de los espectadores normales. Habrá que pensar en dirigir los anuncios, no al subconsciente, si no más bien al continuo y ausente primo de aquel; el sentido común.
De todas las barbaridades, como por ejemplo vengo del futuro, por poner de relieve la excelencia del ultimo nuevo invento de un detergente para lavar los platos, una formula que parece ser se modifica cada día, o aún peor una que dice “soy tu menstruación” que seguramente han desaparecido por ser escasamente ineficaces.
Lo que realmente debiera prohibirse tajantemente, es la publicidad de los telediarios. Ahí no cabe la publicidad por mucho que se empeñen.
Es evidente que, la insistencia del mensaje, debe de resultar provechosa pero no tanto como se esperaba. Esta insistencia es la constante confirmación, de que en general, y cada vez más hay menos aceptación. Lo más interesante de todo se da en la actividad de los usureros, supongo que dentro de legalidad aunque lo sigo dudando, que ofrecen cantidades apreciable en tan sólo cuarenta y ocho horas y últimamente el tiempo de investigar si eres propietario de una vivienda, moroso. o estás en el tan cercano paro, si tienes deudas por pagar, así como todos los aspectos de nuestra economía en relación con las tarjetas de crédito y todavía en las libretas, testimonio evidente que refleja la más volátil situación económica. Claro es que esos, no obtienen el crédito. si no disponen de un aval.
Lo que no puede admitirse, y no debería estar autorizado, por ilegal, es la idealización de la usura, pues los intereses rondan el veinte por ciento, (hasta hace bien poco un 24%) cuando en las libretas solamente se abona un 0.10.% .un coste que esta bien claro que permite obtener muy grandes beneficios, por no decir enormes beneficios. No hay que ser un sabio para incrementar el cincuenta por ciento en el uso del servicio de tarjetas de crédito. Se incrementa de seis a nueve euros anuales, el pedazo de plástico. Ahora solamente hay que multiplicar por cinco, diez o quince millones de tarjetas de nuestras oficinas. ¿ Cuánto llegará a suponer aquel “pequeño incremento del 50%” en el total de nuestras comodísimas unidades de reluciente plástico? No lo sabremos nunca, pero las Entidades Bancarias o Cajas, como ustedes quieran, podrán incluso con esos importes destinar a obras sociales un montón de millones, los cuales naturalmente, desgravarán a la hora de presentar sus cuentas al Estado. Me pregunto ¿ Con qué dinero se hacen las obras sociales además del dinero de nuestros impuestos? Lo cual corrobora lo manifestado hace unos años por un Ministro de Economía: en España, el que no gana dinero, es por que es un gilipollas. Tenía toda la razón, es evidente. Como aquel otro de su mismo tiempo “ dentro de diez años a España, no la va a conocer ni la madre que la parió”.¿ Será por la globalización ? Seguramente.
Pero por el momento, me aparto de este razonamiento, para seguir por el mismo camino que me marca, el propio razonamiento. Vamos ahora a lo que los entendidos, los economistas en este caso, nos recuerdan continuamente; los llamados bienes escasos. Por ejemplo el consumo de agua, en la unidad europea se cifra alrededor de un 4% en tanto que las inundaciones vienen anegando las ciudades hasta el extremo de producir catástrofes insospechadas. De momento y a pesar de nuestra incapacidad para retener el líquido elemento, la administración se conforma con aumentar el triple el precio de ese llamado escaso elemento vital. Mientras tanto los coches van a parar a la mar, al tiempo de producirse continuos deslizamientos que destruyen cualquier edificación cercana a valles, cuencas y riachuelos.
En el medio rural todavía existen en las viviendas antiguas pozos subterráneos capaces de retener el agua de la lluvia, un sistema tan sencillo y racional que, hoy mismo, evitaría la gran pedida producida por la ausencia de unas instalaciones las cuales deberían integrarse de forma natural y lógica en todas las urbanizaciones.¿De qué nos sirve cerrar el grifo mientras nos limpiamos los dientes ?
Todo sigue como siempre, pero, piscinas y césped que no nos falten. Ahora alcanzo a comprender también, por qué razón con ocho mil euros al mes, no llega a fin de mes una conocida y risueña política. Será por el consumo de agua; entre otras cosas...

Robertboresluis@hotmail,com

ACEPCIONES

Llamamos pobre al humilde cuando de hecho, la humildad no tiene nada de pobreza. Si aceptamos esta suposición, pobre igual a humilde, hemos de aceptar por la misma razón, que rico es igual a ufano.
Dado que no se puede admitir, de acuerdo con aquella misma definición que pueda ser a la vez humilde se hace meridianamente claro que estamos ante un razonamiento demasiado simplista. Ni todos aquellos a los cuales llamamos pobres son tan pobres, ni de la misma manera, no todos los ricos son tan ricos. No obstante, no deberíamos caer en la inocencia de olvidar que, la humildad, convierte en justo al humilde; sea rico o sea pobre. Al propio tiempo, admitir que se es pobre, no conlleva otorgar un plácet de los componentes de su individual personalidad.
En general, el llamado pobre en el máximo grado de la inopia es aquel que ha de seguir privado de toda clase de bienes; el llamado misérrimo. Espero que entiendan que estoy hablando de bienes materiales e imprescindibles como son la comida, la ropa, los libros, la escuela, como posteriormente, la trascendente dependencia de un trabajo.
En esta vida existen tipos de bienes materiales pero también morales. En estas situaciones, los bienes materiales, si se hacen inalcanzables si no podemos llegar a ellos, en mayor o menor medida, no sentiremos la necesidad de aprender, la imprescindible motivación que nos ha de llevar a la superación personal, a la formación individual imprescindible que se requiere para entender el entorno en el cual, sea en la esfera o en el nivel que sea, se nos hará urgente la necesidad de avanzar. Es decir ser acaudalado o pobre no será determinante si es del todo cierta la necesidad creciente para aceptar la humildad cuanto más ricos se es. Del mismo modo también puede ser ufano el más pobre.
De otra parte, es bien cierto, que para huir de la miseria, no es absolutamente necesario un rango universitario. Existen buenos profesionales, mecánicos, albañiles o carpinteros, por nombrar a unos cuantos, los cuales con su exclusivo esfuerzo, se han hecho igualmente ricos. Mucho más incluso que otros con estudios superiores. Estos con todo y ser ricos, por su talante honesto, han seguido siendo humildes. Los más se han vuelto ufanos. No son humildes por la sencilla razón de que no lo han sido nunca. Hemos pues llegado al principio. Que cada uno acepte su responsabilidad y entrega.
Es del todo inaceptable que siendo tan adinerados como ustedes quieran, no se pueda o bien sea imposible ser a la vez humilde. Lo mismo sucede con los pobres a pesar de su inadaptable circunstancia . Una circunstancia que, desde un punto de vista razonable podemos asegurar incluso, que unos y otros con un solo euro voluntario cada mes acabaríamos con el hambre en el mundo... y con toda clase de resentimientos.
Y no me vengan, con el consabido, cierre el grifo cuando se lave los dientes, para poco después de autorizar un aumento de más del 400 % del líquido elemento, autorizar, luego de caer cuatro gotas más, el llenado de las piscinas.

Robert Bores y Luís
P.de A. 2008-05-l5

domingo, mayo 04, 2008

COMBATE ENTRE DOS ESPEJOS

No describiré las características físicas del personaje por la sencilla razón de que, todo aquello que en principio consideramos particularmente desde nuestra imaginada relevancia individual, no es nada más que una particularidad de todos los humanos; el afán de la aceptación de nuestra existencia común sometida a la temporalidad.
Ni alto ni bajo, aunque algo rechoncho, ni calvo ni melenudo, por qué ¿ a quién le puede importar el aspecto de un hombre tan normal ?. Lo verdaderamente importante es el valor de las actuaciones en frente de las vicisitudes que se sufren día a día, sin caer en la incongruencia.
Este personaje, llegado de una corta estancia en Mallorca mediante el Inserso, segundos después de abrir la puerta de su piso había dejado la maleta en el recibidor, para darse de bruces con el gran espejo allí colgado. Descubrió su desfigurada imagen en el oscuro cristal y se miró, luego de presionar el interruptor de la luz, con la olvidada costumbre de la ocasión impensada, y detenido en la alejada conciencia de su propia estimación, se felicitó a sí mismo. Era el día de su cumpleaños.
A los sesenta y dos años sentía una fría realidad, un frío desconocido, la ausencia de contacto de amigos y colegas, prácticamente desaparecidos de, su ahora, solitaria vida. Tras levantar las persianas cerró la luz, para dirigirse hacia un frigorífico, el cual no se mostró pródigo con el intenso deseo de sed que él sentía; seguía desconectado.
Volvió a sentir un nerviosismo exagerado debido al tiempo transcurrido, desde el aeropuerto hasta llegar a su casa, por la diferencia de transito que justamente, acababa de disfrutar al recorrer las carreteras que envolvían la ciudad mallorquina. De hecho se hubiera vuelto a marchar aunque, la costumbre de viajar le suponía un gasto, el cual ya no podía seguir asumiendo.
La jubilación de la que ahora se beneficiaba, era corta por si misma. Ello se debió a un par de empresas que, luego de trabajar en ellas, descubrió que le habían cotizado cinco años menos, para disminuir la asignación esperada, el desmoronamiento de la fe en el trabajo, la rotura de su ya frágil voluntad. Y por encima de todo la impotencia que no habría de permitirle cambiarse de camisa cada día .Esta realidad tan presente, que fue capaz de llegar a considerar pueril, no evitó una continuada ansiedad que, en demasiadas ocasiones, llegaba a extremos dramáticos cercanos al infarto.
En tanto en cuanto depositaba la ropa y la vaciada maleta, en el armario del recibidor, se miró en el espejo de nuevo, para descubrir unos rasgos con reflejos de los momentos vividos, unos hechos ya perdidos en la distancia temporal de la memoria. Todavía pudo esbozar una sonrisa enfrente de la imagen aparecida para decirse; por qué no te has dedicado al fútbol, por ejemplo. De qué te a servido tu titulación de ingeniero...?
Siguió hacia el salón en donde, con imprecisa desgana, conectó la caja luminosa de los milagros, de la felicidad más falsa, del detergente más nuevo, la de la hipoteca más barata, la del coche que vuela, porque según comentaba frecuentemente con sus vecinos, las imágenes y el ruido hacen compañía. Una joven desnuda apareció en una portada de una revista del corazón, en tanto que el presentador seguía diciendo que, por la foto, la chica había cobrado doce millones de las antiguas y recordadas pesetas.
Así, de repente, en el mismo momento en que sintió un duro golpe en el pecho, con la mente en blanco, después de intentarlo por tres veces, consiguió levantarse de la butaca para ir al servicio. El último intentó fue lanzar un cenicero contra el cristal de la venta de la sala, de salida al balcón, con un ruido metálico que al mismo tiempo, sorprendió a los vecinos de la vivienda de al lado. Casualmente, como cada final de verano, los truenos y la fuerte e inesperada granizada del circunstancial momento, se confundió con el golpe producido por el cenicero. Oyó unas voces, sin conseguir responder. Como respuesta aumentó la intensidad de la pantalla de la televisión, el último e inesperado reflejo del instinto de supervivencia, pero el aparato no respondió por falta de fluido eléctrico. En el balcón tres personas, el padre, la madre y la hija integrantes de piso segundo primera de la vivienda adosada, gritaban.
Cuando se acerca el fin, ya no existen imágenes ni palabras, ni sueños; sólo permanece la soledad de la agonía. Pero ¿ quién llamaba a la puerta ? ¿Por qué era incapaz de responder ? El día siguiente, un silencio extraño, envuelto en un oreo penetrante a través del cristal roto de la ventana del balcón, soplaba interminable.
Cuando los vecinos ayudados por los bomberos entraron en el espacioso comedor, el teléfono tronó envuelto en el silencio. La hija de aquellos, la más ágil, se apresuró hacia el auricular. Al otro lado oyó otra voz femenina interesada por el emérito. No se puede poner en este momento-respondió- y preguntó a la vez ¿quién le llama?
...-Llamo de la oficina de la seguridad social - dijo la lejana voz – Dígale que hemos sufrido un error, que su expediente es correcto. No nos ha de devolver nada...
Pero antes de colgar, la atribulada vecina tuvo ocasión de oír un eco envuelto entre risas y befas.¡ Madre mía, que bien viven estos jubilados ¡.Seguramente pensaron en una relación tan erótica como pasional, debido a la tensa respiración por la puntual alarma de la jadeante vecina.
Uno de los bomberos, acostumbrado en demasiadas ocasiones, a la tensión profesional ineludible, ante el cuerpo inanimado, con silencioso respeto susurró: ; es el pan de cada día.
Más de uno de los presentes llegó a interpretarlo en el frío sentido de “jaque mate”, la más común, particular y establecida, vulgar realidad de siempre.
En el balcón colgada de unas cintas, seguía ondeando suavemente, una camisa azul.

robertboresluis@hotmail.com

PLAYA DE ARENAS VARIAS

Es una playa incomodísima, ante Castillos, oteros de sus olas. Es estrecha, famosa, pero estrecha, con más gleba que arena.
Una joven muchacha se ha puesto la toalla, envuelta a modo de un redondo petate, bajo los riñones. El pubis escandalosamente suspendido, entre el trípode que forman sus largas piernas y la redonda cadera.
¡ Maribel hija ! – alza la voz su esbelta mamá – al descubrir la acrobacia de la chica, que ya no es tan chica.
Sonrisas matizadas por la sombra leve de las viseras de paja, del sol sobre las caras, risitas, miradas las cuales aparentemente miran sin desear ver, acompañadas de un discreto silencio. La mamá de la jovencita esparce su mirada, como el semicírculo de la a mano del sembrador, mientras escruta los ojos de los que estamos más próximos.
Ella estrena bañador, tres cada temporada, de flores, estampados, elásticos. Es alta, esbelta, rondando los cincuenta, y luce una negra variz sobre el perfil de la tibia derecha.
A su lado, pasea indolente una noruega. Sujeta su abundante anatomía con un dos piezas azul que destaca todavía más su mirada ojizarca. Alta, rubia, roja por el sol su piel musculosa y redonda.
La madre de la chica del trípode se observa así misma, en busca de una referencia somática, comparada con la imagen perfecta de la rubia noruega. Detrás de la rubia, cruza un moreno seboso, culicolgón, portando la sandía de su estómago en digno equilibrio con su trasero de hotentote; arriba, abajo, como una especie de elástico hipo.
Muy cercana se perfila una abuela que ve el mar por primera vez, con su bañador negro, de talla gigante, deja ver la flacidez de sus canijas y delgadas piernas..
...,¿A qué te dedicas ? - surge inopinadamente – sin venir a cuento, la pregunta de una voz anónima, rompiendo el silencio adormecido, sin obtener respuesta, ignorada por todos los presentes, fútil, inoportuna.
Una tata, brega con los chicos que se embadurnan de yogur y de frutas. Encendida ella, calurosa ella, sufrida ella.
...,¡Mira este! – dice una de las mujeres –al señalar al sesentón que sale del agua –¡ entra con el pelo blanco y sale con el pelo negro !...
Un niñato de veinte años, observando a diestra y siniestra, ¡ poca pela ! acaba por decirse. Mañana traeremos el otro coche, añade la mamá del niñato, sin apartar la mirada del auto, aparcado arriba del cercano camino. Un modelo nacional de la misma edad de su chico. Próximos al cacharro, los mercedes, despiden sus brillantes destellos multicolores. ¿Sus propietarios están.? Sí, pero siguen callados.
Un pequeño grupo de abuelos, alejado y reducido, hablan de política . Pues mira – dice unos de ellos, con chulería – cierro la fábrica y a vivir. Después de treinta años, esto, se lamenta.
Una abuela, maña por más señas, oriunda de Zaragoza le obliga con su voz, a girar la cabeza.:
---,¡ Willy ! – trae el pozal – clama la abuela al nieto que pelea con cubo y pala – y enseguida sigue con la arena de sus pies, con la toalla.
Compra, barato, te gusta, compra , insiste el feo y esbelto negrito, mientras muestra la abierta caja de herramientas, repleta con mil abalorios incapaces de evitar que la caja se cierre.
¡Vaya hembra !- salta una voz experta y mujeriega – observando el regreso de la noruega.- ¡ Ignorante !- replica la voz de la esposa preñada con ira incontenible- Tienes una liliputiense en casa y... no sabes qué hacer con ella. (Risitas incontenibles en el ambiente, como temiendo molestar, aceptando la cortante y a la vez rotunda precisión de la ofendida mujer.
Bajo una sombrilla, la chica cerúlea con aspecto de a.t.s. alza la vista ante el paso húmedo y atlético de un adonis. El aire, ante el descuido de la lectora, le gira la página del libro que estaba leyendo. Al mismo tiempo, una morenita cercana al lugar, lucha con el sujetador ¡ ojalá te caigas ! en un simpático malabarismo que hace sonreír a más de uno.
El de la barca, como cada mañana, emplea su tiempo en un inacabable calafateo, o algo así. Tirar y tirar de la lanzadera, sin conseguir arrancar el motor fuera borda, para dar dos cortas carreras, con las nalgas a rozar la mar salada; así es de pequeña su motora.
Hoy no ha aparecido el guaperas, con su camiseta de “ body building “. El whisky de anoche ha podido más que él.?. Seguramente...
Aquí, el que corta el bacalao, es el de los polos y cucuruchos. Venga sudar, pero mira,- le dice al colega que sigue sus huellas sobre la candente arena – ya he ganado mil pelas – y eso que es un día laborable.
Palas, cubos, tumbonas y toallas, supermercado del camping, pelotas... la pelota de colores que se aleja sobre el recio reflujo de la última ola. ¡ Rafa ¡ grita su madre – no toques esa caquita , que no es de nuestra urbanización.
El niño, obediente, se aleja de la negra flotación, abandonando la repesca.
¡ Faltaría más !

Robert Bores y Luís
P.de A.010-1994

EVOCACIÓN DE C.J. C.

C.J.C. no es, como algunos pudieran suponer, don Camilo José Cela a quien tanto admiro, dicho sea de paso, si no Carlos Juárez Condal, zascandil donde los haya, individuo histriónico además de inconformista.
Perdedor según la opinión de algunos de los que se movían a su alrededor, gente temerosa, a quienes la inesperada situación de Carlos reconfortaba, al pensar que ellos se habían librado, momentáneamente, de aquella temida situación.
! Toca madera ¡

Acto I


Josefina de Juárez, esposa del susodicho C.J.C., de grandes ojos verdes y saltones, tenía una peca – mejor dicho – un garbanzo, con perdón de las nutritivas y hoy menospreciadas leguminosas, digo, lo tenía bajo su achatada nariz sobre su bezudo labio superior. Además, su gruesa anatomía, hedía a vaca.

Acto II

Su esposo. C.J.C., cesante, se apoyaba en su matrimonio morganático, ( de los llamados de mano izquierda ) para negarse a recibir los ósculos morbosos, ardientes y turbadores de su esposa; según esta en demasiadas ocasiones. Y no por nada, por notar el garbanzo antes que los labios, simplemente. Lo cual, si bien la amaba, no era capaz de evitar un gesto a modo de asco repentino.
Josefina, la pobre, mugía como una vaca despreciada, pero Dios sabe, que lo tomaba con verdadera resignación.

Acto III

Ante la gravedad del asunto la Josefina que, desde que su marido acabó en el paro, - es un decir – no había sentido nunca más solicitada su enfiladera, decidió, no sin antes meditarlo, consultar con su tío Marcial, sus frecuentes tribulaciones eróticas. Este, el citado don Marcial, empleado del Ayuntamiento, era un poco torero, como el lector podrá suponer fácilmente. Cuando intentó enfrentarse a su sobrino político, no lo vio nada claro.

Acto IV

El voluntarioso edil intuía que, sus atributos masculinos no alcanzaban el peso determinante que la política situación requería; sobre todo habida cuenta del enfado arrastrado por C.J.C. Esto de los pelendengues, pensaba el edil, viene a ser igual que los H.P. (horse power) de un automóvil, como diría mismamente un inglés flemático. Que el edil no disponía de reprís, o sea, aceleración estaba meridianamente claro. ! Evidente ¡- diría un pragmático –

Acto V

Carlos Juárez Condal, ilustre parado, se veía obligado a malvender su vivienda de propiedad, para pagar de su escaso peculio la cotización a la Seguridad Social, hasta su jubilación anticipada, por lo menos. Seguir cubriendo la inmediata demanda nutritiva de su esotérico estómago, era otro problema distinto; un problema enigmático.

Acto VI

Carlos J.C., llegó a sentirse dolorosamente cansado de tanto soportar a su Ministro de Hacienda, D. José Maria Sol, para los ujieres del Senado allegados a su coalición. La pérdida de su puesto de trabajo – esa dura realidad – ese bien escaso -( expresión que hace más doctos si cabe a los economistas ), devenía en una frustración personal insoportable. Carlos J.C., zascandil de pro, por causa de su ministro titular de Hacienda, vivía su ahora triste vida, con un cabreo de no te menees... Te diré...
!Qué remedio.¡ Es un cabreo geométrico, se decía. Además, que no alcanzaba a pagarse la Seguridad Social. ! y toda la vida trabajando ¡ Peor que un escritor desconocido !, mira tú si...

Acto VII

Pues señor, que le resultaba de todo punto imposible encontrar un trabajo, a pesar de que hacía un largo año que seguía buscando. Y pese al decretazo sanitario, digo, cúralo todo, que según el ministro D. José María Sol, para los ujieres del Senado allegados a su coalición política – se había promulgado – como acicate de vagos y maleantes, no conseguía emplearse. ¿ Será posible ? se preguntó un día, así, sin quererlo, que muchos prefieran morirse de hambre antes que trabajar.? Se le antojó una cosa rara; en fin rara...
Hay gente - “pa tó “- dijo una vez El Guerra, aquel famoso torero español, cuando le presentaron a un famoso poeta, también español. Pues sí, dicho sea de paso con el mayor respeto para, empresarios, próceres y los mismos ministros, por este mismo orden, respeto que no debemos escatimar, créanme siguió diciendo Carlos J.C., que por algo y para algo están, donde están y cuando están ; aunque a veces no se les encuentre. ( no se hace referencia a los ocasionalmente ausentes del Senado )- sigue Carlos diciendo.

Acto IIX

Así las cosas, es evidente que cuando van mal revierten evidentísimas, la imposibilidad absoluta de C.J.C.., para dar feliz cumplimiento y satisfacción a la sagrada obligación matrimonial, resultaba cada vez más ardua. Al intensísimo e intimo sufrimiento de su fracaso matrimonial, ahora se unía, el incomprendido sufrimiento de la impotencia del varón, del hombre, del macho ibérico en definitiva. “ En la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, durante la actividad laboral y durante el paro.”...debió decir el estimado cura párroco de la Parroquia de Santa Engracia, que los unió. Aquella obligación y deleite incluido, adquiría ahora tintes de tragedia. :
---, Griega. Diga usted que sí.
---. Icaro, no se asustó tanto en su vuelo al vacío, palabra.
---. Porque, dígame usted, a ver si es motivo suficiente, esto del paro, para que se le queden a uno, los dos, hueros.
---. Que sí, que tiene razón, sobrada razón. Ya nos lo dijo don Quijote “ aparta Sancho, que hueles y no a ámbar “.

Acto IX

Carlos Juárez Condal, impotente, parado ilustre, zascandil violento, inconformista, según el Instituto de Empleo, se había vuelto un apestado. Ya se lo venía temiendo, pero no se había enterado hasta hoy mismo. Y eso que, todavía le quedaba en la botella, un buen chorro de W&B ( White and Black): de ejecutivo, vamos.

Acto X

Apestan, dijo un psicólogo a otro animal de su misma especie ( humana, sin ulterior pretensión ) – psicólogo también – en un precavido, taimado aparte, ante la puerta de su gabinete, tras la cual deja toda esperanza el aspirante mayor de cincuenta años.
---.Ya me parecía a mí que tenía cara de cancerbero, musito otro aspirante que terminaba de transmutar la fase PEPLT ( parado, estacionado, por largo tiempo).
---.Si señor, vaya ojo clínico el de usted., osó decir otro aspirante.
---.Aquí, los más ignorantes, quedamos deslumbrados, refunfuñó uno más.
---¡Esta gente!- largó otro apestado – de oído finísimo, ingeniero de telecomunicaciones, por más señas, también en un aparte.
---.Que sí, don, que los empleados y similares desean apartarse .
---Ya se sabe. Dime con quién andas y te diré quién eres...
---.Lo que más me jode, - aventuró el de comunicaciones – es que apenas saben hablar por teléfono y pretenden decirme, cuánto tengo que ganar..
---Usted ha visto alguna vez un burro calvo?- apuntó un enano - en el momento de observar la exagerada alopecia del psicólogo entrevistador.

Acto XI

Por cierto, D. Marcial, el edilicio voluntarioso, tío de Josefina de Aguirre y Juárez, luego de que C.J.C., le refirió la entrevista anterior, amparándose en su sentido común y discreción, decidió posponer su enfrentamiento, hasta tanto C.J.C., no encontrara trabajo. Si lo encontraba....
En el momento de comunicar a su estimada sobrina esta decisión, la Josefina, mujer ya despechada, se echó a llorar con un mugido intermitente, ahogada, como los bebes que se encanan. El edil, solícito él, sopló nerviosamente sobre el garbanzo, consiguiendo que volviera a respirar. Sin embargo, no cesó el mugido intermitente de la despechada Josefina.
---, Pues mire, el paro bueno...pero lo otro...terminó por suspirar.


Acto final

Esa misma noche, Josefina de Juárez, ya en el tálamo- ¡ santa institución ! tuvo fuerzas todavía para insinuarse a su cesante marido, el cual como era de esperar, rehusó el encuentro por imposibilidad manifiesta.
---,¡ Unas tanto y otras tan poco ! – aseveró Josefina con santa resignación – al tiempo de comentar el traslado obligatorio de las rabizas de Barcelona a la Zona Franca, una zona industrial, claro.
....,Lo mismo que los Ministros y los parados, remató C.J.C., sin poder abandonar su habitual “cabreo”. De nuevo con perdón de la R.A.E.
Luego, algo más tarde, sin más, confortados por la proximidad de sus mutuos pesares...intentaron conciliar el sueño. ¡ Ja !,... no lo consiguieron.

Usted, ya nos advirtió en su día don Camilo, cuando le otorgaron el premio Nobel, a poco de negarle el Cervantes ¡ hay que joderse !


Robert Bores y Luís
P.de A.- 010-1994

TRES ESTROFAS DE OCASO

I

Se va la primavera de mi vida
Crepitar de una llama adormecida
Camino olvidado de la suerte
Reflejo cansino de mi cercana muerte.

II

¡ Tantas veces ha pasado incansable
tras las hojas de mi otoño desprendidas !
En pos de mi alma amable torna
Pues su ya caída fronda
En punto alguno la siente despreciable

III

Nada importa a este cuerpo
En vida torturado, llenar hueco
tanto tiempo preparado.
Si la llama de mi vida va quemando
Y su poco de calor va despertando
La ilusión del más allá ;
Poco importa que ese hueco.
Que aguardándome está abierto,
Cuando ya penetre dentro,
Poco importa, aunque lo siento,
Que lo hayan de tapar


RobertBoresLuís
Barcelona-1957