sábado, enero 27, 2007

¡ TOMA SONETO !

A escribir voy, quiero escribir quieto
tumbado sin rival sobre la cama
con mi rima novel un epigrama,
un verso que al final será un soneto.

No me causa, señores, ni un aprieto
componer un conjunto que amalgama
el diccionario me da toda la gama
para vencer, de golpe, cualquier reto.


Saber ha el crítico enterado
impaciente de sutil menoscabo
que sin llegar a ser poeta ni letrado.

Si con este terceto casi acabo
ni ciencia ni cultura me han faltado;
cójame Vd., esta avispa por el rabo.

ROBERTO BORES Y LUIS
26/03/2003

domingo, enero 21, 2007

EL RETABUL DEL TARAN, TAN, TAN...


En primer lugar, quiero agradecer los mensajes anónimos que voy recibiendo, los cuales me animan a seguir en Internet. Esta es la principal razón por la cual escribo en mi ventana de los Instantes perdidos y otros sueños, el título de hoy. Y lo hago con la esperanza de que algún ilustre romaní me pueda hacer llegar el significado de tan original expresión
En un pueblo de castilla la vieja, cuyo nombre y su gente nunca olvidaré, viví hace muchos años una inolvidable experiencia : el inesperado encuentro con un gitano castellano. Su aspecto y su personalidad se hacen difícilmente imaginables por tratarse de un calé precisamente.
Vds., seguro que ya habrán instintivamente imaginado el aspecto personal de aquel gitano. Seguro que lo han visto a una nariz pegado, una nariz aguileña, como igualmente con una larga melena negra caída entre los hombros. Una generosa melena que cubre parcialmente su camisa, que en este caso concreto, es una camisola cubierta por una chaqueta negra.
Es verdad que era moreno, pero no cetrino. Y puedo asegurarles que su corte de pelo era más parecido al aspecto de un artista de cine que a un cantaor de flamenco, tan solo por compararlo con alguien conocido.
Nunca, en ninguna ocasión, le vi sólo. Siempre le acompañaban, discretamente atentas una gitanilla joven y otra gitanilla niña, posiblemente sus dos hijas. Nunca les oí articular palabra alguna, pero terminé convencido de que recordaban integramente cualquier conversación de su estimado padre.
De mediana estatura, de complexión fibrosa y elegante, llenaba el contoneo del camino con un paso leve y airoso que me recuerda la lenta media verónica del torero.
Creo recordar que vendía y compraba ganado lanar, las conocidas churras y merinas, junto a cabras negras y en otros caso blancas. Es el caso, un caso determinante y llamativo que, la seriedad de su actuación profesional, que lo era, ni podía ni quería admitir una conversación insulsa; o le compraban o le vendían, pero no permitía la falta de atención. No reía nunca ni mucho menos las bromas dirigidas con menosprecio hacia su actuación siempre responsable; o compraba o vendía pero no perdía el tiempo en necedades. Algunos se reían por temor a que les convenciera, a que les vendiera, sin enterarse de si en realidad ganaban o perdían.
En esta situación, cuando el gitano percibía que sus interlocutores andaban por los cerros, les cortaba la palabra o la risa con "el retabul del taran, tan, tan...a modo de despedida. A mi me da, que esa era la manera de hacer entender a los otros, que se salían de madre, que se iban por las ramas y que no estaba dispuesto a perder el tiempo..Las niñas, seguían sin decir nada.
Luego, el gitano de chaqueta negra y camisola blanca, cruzaba por la Plaza con un paso entretenido, flotando entre las chispas relucientes de sus zapatos negros. El retabul del taran, tan, tan. Se acabó lo que se daba.,
Roberto Bores Luis 21-01-07

AMOR NÚBIL

Flor de mayo, ramillete, ramo
que surges tan fragante y oloroso.
Qué me vale tu talle tan hermoso
si no puedo llevarte de mi mano?

Gozar rosa nacida tan temprano
amar así, furtivo y receloso,
negando otro futuro generoso,
sería, sin dudar, intento vano.

Espera. por que no has conocido
la tibieza del fuego de otra leña.
Te llegará inocente y sorprendido....

El amor embravecido que tu sueñas
nació del sol y duerme consentido
en el jardín frondoso de otra dueña.

Robert Bores 22-11-96

sábado, enero 13, 2007

CONTRASENTIDO

Hoy, no se por qué razón, no tengo ningún tema para escribir. Puede ser que tenga el cerebro lleno de impresiones extrañas. Unas sensaciones las cuales se amontonan sin ningún sentido razonable que no me permiten deshacer y aclarar el fondo tan extraño que las produce. No puedo llorar ni tan sólo reír. No me siento triste, ni contento, ni desencantado, ni tan siquiera indiferente. Hay tantas cosas sin sentido alrededor de estas horas que me cuesta entenderlas. Mi corazón, no obstante, desea seguir amando.
He oído a una mujer decir - quiero morirme - Una muchacha que empieza a vivir, joven, dulce, hermosa me ha hecho pensar por qué, qué causa o problema puede padecer un ser tan bien dotado que hace nada más un rato que se encuentra en este mundo. Que pensamientos tendrá cuando llegue a mi edad. Que esperanza puede esperar de esta vida, si ni siquiera puede gozar de ella misma, de los amigos, de los familiares, de los pájaros, del sol, del frío, de la lluvia, del propio latido de su tierno corazón.
Qué tipo de enfermedad debe de estar padeciendo, y todavía me pregunto por que desconocida razón, ella que lo tiene prácticamente todo, quiere dejar de respirar. Dice que el mundo es una selva, que no hay vergüenza,, ni moral, ni confianza de ningún tipo. Que estamos dejados de la mano de Dios. Y que no hace falta más que ver la "tele".
Cómo podría hacerle entender que, a su lado vive un ciego, un cojo, un manco, un impedido, otra chica que ha padecido la muerte de su padre y enseguida, la muerte de su madre, siendo a continuación abandonada por su propio mando. Que ha sufrido además, un accidente que la ha obligado al uso de unas muletas para poder moverse.
Yo nací dos años antes que estallara la guerra. Mi padre falleció a los treinta y siete año, después de luchar en África y mi madre murió a los cuarenta y dos años. Cuatro niños quedaron huérfanos. No teníamos nada de nada, ni siquiera un sentido de esperanza. Una esperanza por otro lado, que nunca la hemos sentido ausente. No teníamos más familia, y aquella que fue, nunca pudo hacer nada por nosotros, tal vez un generoso intento por encontrarse en el otro bando. Fueron necesarios cincuenta años para encontramos; aquellos que tuvimos la suerte de sobrevivir.
He oído a otra mujer, una abuela de cerca de ochenta años, que además, cantaba una cancioncilla infantil, con un dulce y alegre talante, por que había oído el canto de una abubilla, la cual sin asustarse de la presencia de la abuelita, caminaba delante. Y gozando de su larga vida se reía - por que hoy - me dijo, me visitarán mis nietos, unos ángeles que me hacen muy feliz.
Me pregunto por que razón, los jóvenes de hoy, viven ausentes de todas las maravillas que siguen estando tan cerca de ellos. Por qué sufren si les falta cualquier cosa, si tienen más de lo necesario para vivir contentos, llenos y a la vez felices. Los padres todavía luchamos por ellos, todavía les escuchamos, todavía les ayudamos, y por encima de todo, deseamos que sean ellos mismos. Vuelvo a decir que el hombre de hoy goza de demasiados juguetes, que no es consciente del privilegio que supone abrir los ojos cada día, ver el sol, igual que ver la luna y las estrellas y por encima de todo, sentir que muchos tienen suerte, que mucha gente es feliz, que la mayoría ríe al mismo tiempo que su prójimo, los amigos los conocidos, los compañeros, los maestros, los colaboradores, aquellos que siguen siendo leales al que les dio trabajo, a los amigos del que les dio trabajo.
Lo más triste de todo es vivir vacío, sin esperanza, sin fe, sin posibilidades de evolución por convicción propia, quemando las horas y los días, en actitudes y hechos sin ningún sentido. Un sentido que no se decide ni a leer un libro, escuchar una melodía, pintar un cuadro, escribir una página, ayudar al enfermo, que pasea a su lado, y todavía cerrar los ojos a la dulce realidad del dulce sonreír de un niño.
Deberíamos entender por qué hay tanta gente que pasa tanta hambre, que por esta misma razón no han tenido todavía ni la posibilidad de aprender a leer, una necesidad ineludible si han de andar en este mundo luchando por conseguir el más mínimo triunfo. Ver a esta juventud, vestidos, alimentados. Protegidos y a la vez inconscientes de todo cuanto disfrutan, es el único desencanto que pueden sufrir sus padres. Unos padres en muchas ocasiones, satisfechos con la actitud de los hijos luchadores, conscientes y consecuentes con sus circunstancias, sin miedo a la muerte si viven convencidos de su inmenso valor, decididos por encima de cualquier situación, a no perder el bien capital de la dignidad.
Confiemos y esperemos que, una vez conozcan el sentido de esta vida, se lancen al sentido común, un sentido poco común dicen, que solamente lo hemos de encontrar en las posiciones razonables, fuertes, confiados, rodeados de la vergüenza y responsabilidad que un ser con cerebro, se debe a sí mismo. Lo primero que hemos de hacer es ser dignos. Este es el aspecto más determinante de nuestra existencia en la tierra. Tendremos más de lo que esperábamos, aunque a veces, podamos dudar ser merecedores de la más pequeña fortuna.
La bienaventuranza nos envuelve casi cada día, atémosla cuando la tenemos, gocemos de ella sin pensar que, en un futuro, ha de ser toda nuestra.. La tan deseada felicidad del futuro la tenemos ahora, no obstante, en demasiadas ocasiones, no estamos lo suficientemente despiertos para llegar a conocerla También para entender las sensaciones extrañas y ser feliz, es necesario soñar despierto; aunque nada más sea de tanto en tanto.

ATARDECER

El trigal cimbrea. Inmenso.
Ensueño de un horizonte.
El aire con su sinsonte
Es algodón, gasa y tul.

Las nubes en su descenso
Forman marco con acierto
Y un sol de sombra cubierto
Tiñe de rojo; el azul.