domingo, noviembre 23, 2008

EPIGRAMA CONFIDENCIAL

Voy caminando a ciegas, me parece,
por este mundo en que nada permanece.
Sigue la duda pesando y acontece.
Sigo creyendo en mi y en frío creo
pues no llego a creer en lo que creo.
Nada es ajeno al rayo y a la suerte
vivimos caminando hacia la muerte
encerrada la muerte en propia suerte.
Se caen las estrellas, queman flores,
se inundan las arterias de emociones
arden los bosques, saber por qué razones,
el fuego, no presenta soluciones.
Los pájaros cansados, ya no vuelan
los grillos agotados, ya no cantan ,
los perros ladradores ya no ladran
los hombres van perdidos, no se encuentran.
Son raros, inconscientes, los amores
y el dulce, edificante, olor de flores
se ha perdido, al final, entre añoranzas.
El niño ya no juega entre peonzas
pulsa y repulsa la pantalla fría
Así pasa la vida en ocasiones;
nunca más sentirá como sentía,
llenando su alma fría entre razones.
Razones sin razón ni alternativa
reo de confusión mental, preso de historia.

Sigo sintiendo encima la tortura
de una guerra que sigue interminable
una guerra de piedra, siempre dura,
y no encuentro razones razonables
que lleguen a endulzarme la amargura.
Qué ha hecho mi suerte para volverme amable,
esta suerte que ha envuelto con locura
el juvenil limón que he sido siempre.
Ando y me pierdo porque me pierdo siempre
siempre me pierdo porque, de andar
no paro, para perderme siempre.
Vale toda razón, menos la mía,
Y no paro de andar ¡ quién lo diría!
Quién comprende el jardín donde me encierro;
Este verde jardín que; huele a entierro.



Robert Bores Luís

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bonito, parece reflejar una etapa de incertidumbre pero con coraje.

Anónimo dijo...

Te escribo yo papa, para recordarte que el alma es eterna y que el recuerdo vive mientras viva la mente.
Sin quizas quererlo, has sido un muy buen ejemplo de humildad para mi, solo hubiera querido que te cuidaras a ti mismo tanto como a los demas.

Con amor eterno, tu hija.