Una mañana muy fría
cerca del amanecer
cuando la luna lucía
sobre el agua por llover
una familia gitana
lloraba su padecer.
¡Ay ¡ tan bueno como era
¡ay¡ por qué le pasó a él
gime una moza morena
a quien llaman Isabel.
El “Manu “el primo de la Isabel
recibió dos puñaladas
que terminaron con él.
Los dos calés más fornidos
subieron la caja a un carro
por un jamelgo arrastrado
careto, rocín huesudo
más jabonero que roano,
flaco, ruin y mal calzado.
Los gitanos no eran muchos,
dieciocho más o menos,
iban todos compungidos
estremecidos y tercos.
El campo santo a dos leguas.
Los dos de la funeraria
sin haber desayunado.
Prisa por llegar había.
Y mientras el conductor
de la ruinosa carreta
a la bestia iba azuzando
los gitanos tras de ella
siguen su paso ajustando.
La luna se había perdido
y el sol, de recién nacido,
iluminaba la vida...
Prisa por llegar había.
el caballejo cansino
que pone su ritmo al trote.
Cabreo de los calés
La “Paca” que está redonda jadea
y un churumbel en sus brazos
murmura y contiene el llanto.
El “Tato” va cojeando
con su niño de la mano,
va cansado, va sudando.
Qué pasa “Manué” dice Antonio,
Qué va a pasá dice el “Manu”,
que está más cerca del carro,
que el carretero es un guarro.
Retabul del taran tantán
¿ qué va a pasá ?
Que estamos en Villalpando
y el carro se está escapando...
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